Cuál es el problema con la insulina en EEUU y por qué los republicanos impidieron ponerle tope al precio

Es un medicamento esencial para millones de personas que lo necesitan a diario para sobrevivir, pero su costo sigue siendo privativo para demasiados. Una iniciativa que hubiera ayudado a muchos a costearla acaba de fracasar, por segunda vez. Explicamos las razones.

Una disposición para proteger a más pacientes con diabetes en EEUU de los altos precios de la insulina acaba de palidecer en el Senado por falta de votos republicanos.

Un golpe que afectará directamente a millones de diabéticos con seguro médico privado que, de haber sido incluida la medida en el paquete aprobado por el Senado el domingo y que ahora se dirige a la Cámara de Representantes, habrían tenido la posibilidad real de no pagar más de 35 dólares por el vital medicamento cuyo precio actual es privativo para muchos.

De ser aprobado el proyecto de ley por la Cámara Baja, las personas con Medicare sí tendrán un límite de copago de 35 dólares por la insulina, pues los republicanos votaron a favor de dejar esta medida dentro del recién aprobado paquete climático y de atención médica, una versión reducida de la ambiciosa agenda del Build Back Batter que propuso el presidente Joe Biden.

¿Por qué si prácticamente nadie niega que la insulina es demasiado costosa en EEUU tantos se negaron a incluir la provisión que extendía el beneficio a los pacientes con seguro médico privado?

 Lo explicamos.

Alto precio de la insulina: un problema exclusivo de EEUU

Que la insulina es demasiado costosa en EEUU es algo sobre lo que prácticamente no hay debate posible: se ha convertido en el epítome de los altos precios de medicamentos en el país.

Les cuesta a los diabéticos entre 334 a 1,000 dólares mensuales, según un reporte de la Fundación Kaiser. 7 millones de personas la necesitan a diario y 14% de ellos usan más del 40% de sus ingresos para pagarla, advierte un estudio de la universidad de Yale.

A diferencia de otros países desarrollados que regulan lo que pueden cobrar las farmacéuticas por los medicamentos, en EEUU no hay limitaciones y esta industria puede establecer el precio que considere para sus fármacos y aumentarlo a su discreción.

Para 2018 el precio de la insulina en EEUU era diez veces mayor en EEUU que en otros 32 países.

La magnitud del aumento del precio de la insulina a lo largo de los años en el país también es asombrosa. Según una investigación del Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes que indagó en las prácticas de la industria farmacéutica y que fue divulgado a finales del 2021, la insulina NovoLog, de Novo Nordisk, por ejemplo, aumentó 627% desde su lanzamiento, y la Humalog, de Eli Lily, se disparó en 1,219% desde su lanzamiento.

El tope de 35 dólares al mes se limita al copago o desembolso de los pacientes, pero no al precio del medicamento como tal que quedaría intacto para millones de personas sin seguro médico y que hubiera sido absorbido por las aseguradoras, lo que bien podría acarrear aumentos en las primas.

Además, no necesariamente hubiera aplicado a todas las marcas de insulina disponibles, pues las aseguradoras tendrían la potestad de escoger cuál ofrecer a un máximo de 35 bajo la póliza.

Tampoco contemplaba importantes gastos de salud para los diabéticos como monitores de glucosa, bombas de insulina, jeringas, tiras de prueba, etc, que también representan una alta carga financiera para estos pacientes y que seguirían costando lo mismo.

Según cálculos de la Asociación Estadounidense de Diabetes, un diabético gasta en promedio 16,000 dólares en gastos médicos anualmente. El doble de una persona normal.

Pero no fue necesariamente por estas razones que los republicanos votaron en contra de incluirla dentro del paquete en cuestión.

La provisión que quedó por fuera del paquete legislativo no es el primer intento en atacar los precios de la insulina en EEUU.

La razón por la que otros anteriores han fracasado responde a que no sólo es un medicamento extremadamente costoso actualmente, sino que cada vez utilizado por más gente.

El quién debe absorber el gasto de reducirlo para el consumidor -farmacéuticas, aseguradoras o el gobierno- es uno de los grandes debates y cada respuesta trae enormes repercusiones.

De acuerdo con un reportaje de Associated Press, un proyecto de ley bipartidista propuesto a principios de este año que limitaría los precios de la insulina podría costar al Estado alrededor de 23 mil millones de dólares durante la próxima década, según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Si bien el proyecto de ley reduciría los costos de la insulina para muchos consumidores, aumentaría los costos del gobierno y las primas que cobran Medicare y las aseguradoras privadas, según el análisis de la oficina.

El que la medida para extender el tope de 35 dólares de la insulina a pacientes con seguro médico privado y no exclusivamente los de Medicare no ganara el apoyo suficiente en la votación que quedó 57-43, responde en gran parte a un tecnicismo.

Hacerlo de la forma planteada por los demócratas no se ajustaba a las normas presupuestarias del Senado bajo las cuales se manejó el voto de este paquete, en el llamado proceso de reconciliación que permite a la mayoría obviar el bloqueo de la minoría en asuntos vinculados con el presupuesto.

“En realidad, los demócratas querían infringir las reglas del Senado para aprobar el tope de precios de la insulina en lugar de pasar por el orden regular", tuiteó el republicano de Wisconsin Ron Johnson.

En declaraciones a The Hill, John Thune, republicano de Dakota del Sur, aseguró que el esfuerzo de los demócratas por anular la decisión del Senado “socava todo el proceso de reconciliación”.

“Lo pusieron de vuelta y básicamente querían tentarnos, yo creo, a votar en contra. Creo que hay una manera correcta y otra incorrecta de hacerlo. Si quieren ese voto, hay muchas formas de obtenerlo, pero esta forma era incorrecta”, agregó.

En el interín, a merced de la política y de tecnicismos como este, millones de diabéticos siguen sufriendo los altos precios de la insulina en EEUU, algo que muchos no perdonan.

“Los diabéticos están siendo utilizados como apoyo político para jugar a la política partidista, mientras 1 de cada 4 de nosotros debe racionar la insulina que necesitamos para sobrevivir [porque] ambos partidos en el Congreso se niegan a regular el precio de la insulina”, tuiteó Laura Marston, abogada de propiedad intelectual y un paciente defensor de la insulina asequible.

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