Desde el fin del mundo, un artista argentino llegó a Times Square, cuyos carteles de la primera gira se agotaron

Duki inició su gira estadounidense Pure Adrenaline anoche en la ciudad de Nueva York y llegará a otras ciudades importantes del país como Miami, Chicago, Los Ángeles y San Diego antes de fin de mes.

En un lugar distante de Buenos Aires, a más de 8000 kilómetros de distancia, Duki, uno de los principales exponentes del trap argentino, subió anoche al escenario del Palladium Times Square, en Nueva York, y se presentó ante una audiencia de 2100 personas, con todas las entradas vendidas, marcando el inicio oficial de su gira por Estados Unidos. Esta gira lo llevará a diversas ciudades importantes de ese país hasta finales de mayo.

Hace cinco años, muchos consideraban que Mauro Ezequiel Lombardo Quiroga, el nombre real del artista, estaba en su mejor momento. En aquel entonces, protagonizaba portadas de revistas de música, asistía a los premios Gardel, tenía más de cuatro millones de oyentes mensuales en Spotify y agotaba las entradas para sus shows en Buenos Aires en cuestión de horas.

Sin embargo, el fenómeno musical de Duki continuó creciendo, impulsado por la fiebre del género no solo en Argentina, sino también en Latinoamérica y Estados Unidos. Como fanático del anime y los videojuegos, el rapero se ha convertido en una figura influyente en la industria gracias a los millones de personas que lo escuchan en plataformas de transmisión de música y lo siguen en YouTube.

Para una generación que se comunica a través de emojis y frases cortas, tanto en línea como fuera de ella, Duki representa un cambio en las reglas. Él se apoya en el AutoTune y lo defiende fervientemente, muchas de sus rimas son improvisadas y auténticas, y rechaza varios de los estándares tradicionales de la industria musical porque siente que ha sido "robado" por ella.

En una entrevista con la edición argentina de Rolling Stone en 2018, el músico, que ahora tiene 26 años, expresó: "El director de Sony me citó y básicamente me ofreció un contrato para robarme. Y a la presidenta de Universal, le dije: 'Mira, voy a ser breve: yo no soy Lali Espósito, no busco fama. Soy un chico que venía de la nada y quiero ser una leyenda musical, ¿entiendes? Tengo más hambre que todos los que están en este edificio. Me voy a comer el mundo. No quiero un contrato pop, no soy Sebastián Yatra a quien pondrías a hacer prensa [...]. Haré mi música y eso es todo lo que necesitas'".

El argentino, criado en una modesta familia de clase media en Buenos Aires junto a sus dos hermanos, Nahuel y Candela, tenía razón. A pesar de que sus padres, Sandra y Guillermo, le pidieron insistentemente que continuara sus estudios y no abandonara la escuela secundaria, Duki prefería salir en su patineta y luego dedicarse a improvisar. Su enfoque tuvo resultados; hoy en día, su música tiene alcance internacional.

 

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