El clásico aplazado el 26 de octubre se jugó en paz, solo se interrumpió un momento al inicio de la segunda parte por el lanzamiento de balones amarillos y acabó con empate a cero, un resultado que certifica la calma del estadio, la igualdad de los equipos y el liderato del Barça por la diferencia de goles: +23 ante +21. El gol es la cruz del Madrid. Nada que no se supiera antes del partido del Camp Nou. Jugó mejor y, sin embargo, siempre estuvo expuesto a la pegada del equipo de Messi, más reactivo que su hinchada, tan reivindicativa como correcta desde que se abrió el estadio